Columna del Doctor Calaio

A propósito de las vacunas:
Hola amigos, una vez más iniciamos nuestras periódicas charlas en referencia a temas de salud que pueden ayudarnos a mejorar nuestra calidad de vida y la de nuestros seres queridos.
Hoy les quiero hablar acerca de la inmunidad (defensas) en general y la que nos generan las vacunas, tema del que desde hace un año y medio estamos superempapados y en el que merced a la difusión de los medios de comunicación, nos comportamos todos como especialistas, creemos tener la precisa. Pero debemos de tener en cuenta que a veces la información que nos brindan esos medios, relatada por periodistas que saben ?… de política, salud, economía, football, gastronomía, astronáutica, etc. y todo lo afirman con mucho énfasis y aparente seguridad, es muchas veces errónea u otras veces está sesgada por intereses económicos, por lo que debemos ser muy cautelosos, para evitar que nos vendan espejitos de colores. Vale aclarar que no siempre es así, hay periodistas también muy serios y responsables, nos podemos dar cuenta de ello cuando las noticias o declaraciones tienen el aval con nombre y apellido de un profesional o un especialista en el tema que se está hablando, ahí si podemos darle veracidad a la información.
Pero metiéndonos en tema quiero contarles el motivo de porqué debemos vacunarnos y esto no solo vale para el Covid 19 sino para todas las enfermedades que cuentan con vacunas específicas para combatirlas (tuberculosis, hepatitis, poliomielitis, sarampión, gripe, etc, etc.) y la forma en que las vacunas nos ayudan a evitar enfermedades a través de una parte de nuestro organismo llamado sistema inmunitario.
El cuerpo humano es una máquina maravillosa e inteligente, que cuando es agredido por una enfermedad se defiende, es muy claro cómo actúa contra los agresores más activos y más frecuentes tal como son los virus y las bacterias.
Nacemos, es decir venimos de fábrica, con un sinnúmero de defensas a los que denominamos Sistema Inmunitario. Ese sistema protege a nuestro organismo reconociendo a los agresores y combatiéndolos. Eso es debido a que esas sustancias agresoras tienen un “cartelito” en su superficie que los delata como enemigos, ese avisador se llama Antígeno, cuando el cuerpo reconoce a un antígeno inmediatamente genera defensas para destruirlo, a esas defensas las denominamos Anticuerpos. Pero ocurre que a veces eso no alcanza y los invasores que son muchos y a medida que pasa el tiempo son cada vez más malos y agresivos (de eso podemos hablar en otro encuentro, ya que tiene que ver en gran medida con el modelo de vida que llevamos) y es ahí donde necesitamos de ayuda extra y entran a tallar las vacunas.
Para que nos quede claro ya efectos de simplificar, básicamente tenemos dos tipos de inmunidad:
Inmunidad innata o pasiva: es el sistema defensivo con los que ya nacemos, son “nuestras defensas” y también tenemos algunas “prestadas”. Es lo que le sucede a los bebés que reciben de la mamá a través de la placenta los anticuerpos de ella para protegerlos en los primeros meses de vida y que le van a durar al bebe aproximadamente hasta el año de vida.
Inmunidad adquirida: es la que desarrollamos cuando nos exponemos a un antígeno determinado, es decir cuando el sistema detecta que han aparecido enemigos que llevan una bandera distinta a la nuestra y se quieren infiltrar (haciendo una analogía con una guerra).
Estas barreras defensivas pueden ser generadas espontáneamente y pasar inadvertidas ya que todos los días tenemos contacto con muchísimos gérmenes agresores y nuestro cuerpo se defiende, lucha, los destruye y nosotros muy campantes, sin tener la menor idea de que se desarrolló una batalla campal en el interior de nuestro organismo, quedando como consecuencia de esa lucha, defensas contra ese agresor es decir le damos una buena paliza para que no se le vuelva a ocurrir volver a meterse con nosotros. En otras oportunidades esas barreras esas defensas la generamos aplicándonos las vacunas.
En definitiva, ¿qué es una vacuna? Es una preparación realizada con bacterias, virus (muertos o atenuados) y ahora a través de lo que se conoce como ingeniería genética, para ser administrada a las personas estimulando la producción de defensas provocando así una inmunidad activa y duradera contra una determinada enfermedad .
Para que nos quede clarito, es como nuestra casa, cuando recién nos mudamos tenía una protección elemental, venía con puertas y ventanas y un cerco, sería como una inmunidad pasiva, una defensa básica frente a cualquier agresión pero como somos conscientes del riesgo que corremos, nosotros decidimos ponerle otra cerradura a la puerta de entrada y unas buenas rejas a las ventanas y si la plata nos alcanzaba hasta una alarma (esa sería la inmunidad adquirida, vacunamos a la casa).
Es importante saber que la inmunidad disminuye con el paso del tiempo, las hay que duran muchos años y otras a las que hay que estar estimulándolas cada tanto tiempo, como sucede con la vacuna contra la gripe que hay que renovarla todos los años. Además es importante saber que hay enfermedades muy traicioneras que bloquean la formación de anticuerpos y no permiten que se generen defensas, siguiendo con el ejemplo anterior impiden la salida de nuestros soldados que quieren venir a defendernos. Específicamente me refiero al virus de VIH, productor del Sida, que destruye a las células de la inmunidad, haciendo que el afectado por ese virus quede a merced de cualquier enfermedad. Siguiendo con el ejemplo anterior seria como vivir en una casa que no tuviera puertas ni ventanas, cualquiera se mete adentro y puede hacernos un estropicio.
Esa es una forma sencilla de entender qué es la inmunidad y cómo la adquirimos o incrementamos con la aplicación de las vacunas.
Para finalizar, me permito una última reflexión sobre el tema vacunas y es la referida a una cuestión también muy de moda y que aparece reiteradamente en los medios: son las personas o grupos denominados “antivacunas”. Quiero ser claro en esto: el que no se vacuna puede enfermarse y morir y es una decisión personal totalmente valida, admito el disenso y la libertad de pensamiento, pero (siempre aparece un pero) cuando ese disenso o esa actitud no solo involucra a la persona que tomó esa decisión y también pone en peligro mi vida, la de mis seres querido y la de toda la población, ahí no podemos admitirlo, vuelvo a reiterar que considero que no somos quién para criticar a quién decide quitarse la vida, pero si esa persona para suicidarse va a usar dinamita y va a volar no solo su casa sino también media manzana matando a unos cuantos vecinos, entonces claramente NO.
No tiene ningún basamento científico el negar la utilidad de la vacuna para la Covid 19, el dolor de las familias de los más de 100.000 argentinos muertos merecen el respeto y el reconocimiento de todos.
Bueno amigos eso sería todo por hoy, les reitero el placer y la alegría de poder volver a vernos y comunicarnos ahora en este nuevo formato y como siempre quedo abierto a las sugerencias de temas que sean de interés para todos los compañeros municipales y que nos ayuden a crecer y a vivir mejor. Chau hasta la próxima.
Doc. Calaio.